17 de abril de 2012

Las grandes puertas

















Quizás un flujo natural hizo que el antro no sucumbiese,
quizás fueron esas miles de estrellas en el dorado cielo.
Solo su forma nos habla de la simetría de los dioses,
y un fuego en el aire que niega su existencia.

















El fuego en el aire pretende quemarlos,
detrás de esa pared, otra civilización,
llena de ingratos, incrédulos, ignorantes.
Las vigas lo sellan,
fueron los profetas quienes se salvaron,
pero cruzaron sólos el mar.

















Pronto, solo falta escapar por esas hendiduras.
Pero no llevamos nada para socorrernos después de esta caída en picada.
Y ahora estamos todos juntos, escindidos en esta trampa,
con nuestros destinos inconclusos.

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